Hoy en día cuando nuestra boca se abre para hablar noticias, crisis, tribulación, deuda, quejas, dolor, ira, etc.
En nuestros labios hay poder, tanto para bendecir como para maldecir, profetizar y también declarar, pero algunas veces lo que debemos hacer es silencio, poner un zíper en nuestra boca y escuchar lo que el Espíritu santo quiere revelarnos.
Jehová nuestro Dios tiene control de todo y muchas veces demanda de nosotros silencio, para él poder obrar en nuestra vida de forma sobrenatural.
Cuando callamos y confiamos en Jehová nuestros oídos espirituales se agudizan.
En el silencio aprendemos a escuchar y a comprender la forma de Dios trabajar nuestras circunstancias.
Zacarías el esposo de Elisabet Aprendió a creer en el silencio a la mala, Cuando el ángel Gabriel se le apareció y le dijo que iba a tener un hijo llamado Juan en su edad avanzada. Zacarías no creyó lo que le dijo el ángel Gabriel y luego mas adelante el ángel le dijo: y ahora quedaras mudo y no podrás hablar, hasta el día en que en que la promesa se cumpla, porque no creíste en mi palabra. (Lucas 1.5-25)
Así que haz silencio en medio de la crisis, en medio de la deuda, en medio de la ira y no te quejes, cuando tu boca se abra, que las palabras que salgan de tu boca sean de adoración y agradecimiento.
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora…Tiempo de callar y tiempo de hablar. Eclesiastés 3.1, 7
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