Cuantas veces nos vemos en situaciones en la cuales debatimos temas bíblicos queriendo tener la razón, no importando lo que dice, piensa o opina la otra persona.
Pablo le dice a Timoteo: Desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
Cuando se va a debatir un tema de cualquier tipo, se debe tener en cuenta que lo que dirá la otra persona también es importante, escuchar, prestar atención y dar su opinión con amabilidad y respecto son claves para tener una conversación eficaz.
Pablo le aconsejo algo muy interesante a Timoteo, le dijo: Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios le conceda que se arrepientan para conocer la verdad.
Si eres líder de alguna sociedad, es bueno que en ti haya esos principios, ya que, cada una de las persona piensa de una manera diferente y desean expresar sus opiniones, ponerse en el zapato del otro, funciona… solo practícalo.
La sabiduría no se basa solamente en cuantos conocimientos se tengas sino en como saberse manejar en diferentes situaciones sin afectar ambas partes.
La humildad es un punto básico cuando tratamos cualquier tema, debemos frenar cuando se deba, acelerar cuando se indique y ceder el paso cuando sea necesario.
“Un ganador escucha, comprende y responde”
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